"Hacer fotografías es casi como una ceremonia"
Pablo Pamplona (RedAragón)
Juan Carlos, no vendría mal que nos introdujeras un poco en el pensamiento Zen...
El zen es comprensión de la verdadera naturaleza de las cosas, estar atento al momento presente, el aquí ahora. Por la mañana me levanto, luego desayuno y soy consciente de ello; acudo al trabajo, vuelvo a casa a comer, consulto el correo electrónico, ayudo en los deberes a mi hija, leo un poco, ceno y me acuesto... todo eso parece algo simple, pero casi nunca estamos atentos a lo que hacemos y no lo disfrutamos realmente.
¿Y ese vivir el presente no está en contradicción con el acto de fotografiar?
Pienso que no existe incompatibilidad en ello; una fotografía es como la luna que se refleja en un espejo, ¿dónde está entonces la luna?. Los grandes maestros zen, practicaban, y practican, el arte de la caligrafía y en ella ponían toda su inspiración y energía; en un tiempo que nunca más volverá. Sin embargo, esa caligrafía sigue hoy conservando, en cierto modo, la enseñanza, el pensamiento, el koan... de ese maestro. Salvando las distancias, es lo que intento aplicar a mis fotografías, ¿entiendes?
¿Cómo llegaste hasta esta filosofía?
Han pasado ya unos cuantos años desde que tuve mi primer contacto con el budismo zen. Buscaba una filosofía que llenara mi vida y leyendo libros y conociendo a gente, encontré un modo de vida que al final ha resultado ser lo más parecido a lo que sentía. El zen es una enseñanza de corazón a corazón, de maestro a discípulo... así ha sido desde hace muchos siglos.
¿Y cómo se aplica a la fotografía?
La vida pasa deprisa y en la sociedad actual estamos la mitad del tiempo lamentándonos de lo que fue, y la otra mitad esperando que sea mejor. Siempre esperamos conseguir algo fuera de nosotros. Intentamos huir del sufrimiento sin damos cuenta de que lo tenemos todo en nosotros mismos y en unión con todo el universo, sin buscarlo lejos de nuestro corazón. Esta es la filosofía que aplico al realizar una fotografía. Me adentro en el paisaje, quiero sentirme parte del mismo, caminar lentamente, me gusta ir solo, cuando aparece un rincón que me inspira, preparo el trípode, luego coloco la cámara, encuadro, mido la luz... es casi como una ceremonia, en consonancia con la totalidad. Sé que esto puede resultar extraño, pero es cierto que vivo plenamente ese instante. De ahi el nombre de la coleccion Album de instantes.
Así contado es un paso muy natural...
Comencé la serie hace tres años, sentí entonces la necesidad de expresar lo que se movía en mí. Entonces ya llevaba otros cuatro años practicando la meditación.
¿Siempre son imágenes de la naturaleza?
Con el zen me siento mucho más cerca de la naturaleza. A veces he trabajado otras temáticas, pero no las encuadro en este aspecto. Solo lo hice una vez, en un cortometraje, donde se ve a alguien meditando.
El blanco y negro conjuga muy bien con estas fotografías.
Soy un enamorado del blanco y negro y aunque en algunas ocasiones he utilizado el color, no veo esta serie de otra forma que no sea en monocromo.
Al mismo tiempo es inevitable asociar este tipo de imágenes con el proceso tradicional de fotografía y revelado...
Las primeras fotografías las realicé con una cámara de medio formato pero ahora estoy trabajando con digital. Tienes razón en tu planteamiento, pero descubrí que los productos químicos contaminaban y eso no me gustaba. Realmente no encuentro diferencia entre utilizar un laboratorio tradicional o un laboratorio digital (trabajo con Photoshop).
¿Aplicas algún tipo de filtros o modificas la imagen de algún modo?
Intento que la imagen sea lo más parecida a la realidad y el único tratamiento que realizo es para mejorar el contraste, la luminosidad, etc.
Formas parte de la Asociación Zen de Zaragoza.
Efectivamente, formo parte de la shanga (comunidad) de la Asociación Zen de Zaragoza. Ello conlleva compartir la práctica con otras personas que están también en la via del budismo zen. Realizamos meditación casi todos los días de la semana, además de retiros (sesshin) esporádicos y cursos. Nuestro Centro forma parte de la Comunidad Budista Soto Zen, dirigida por el maestro Dokushô Villalba, desde el templo Luz Serena (cerca de Requena-Valencia).
