La brisa
dibuja sobre el agua
una hermosa caligrafía.
Las piernas cruzadas,
la espalda recta,
la mente en calma.
Sentado a la orilla
siento el silencio
y refresco los pies.
Justo en la otra orilla
dicen que encontraré
el Nirvana. El viento y el agua,
el sol y la sombra.
Nada bajo control.
Un viejo estanque,
se zambulle una rana,
ruido de agua.
(Bashô)
Cuando llueve
en el estanque,
los nenúfares abren
al instante sus paraguas.
Escucha, escucha...
a una cigarra en la otra orilla.
Susurra que se oculta
de la calor.
Alfombra de otoño
sobre el espejo,
las carpas hoy a la sombra.
El ruido del arroyo,
la hoja caída,
entierro con lluvia.
Bosque de la mañana,
cruzamos el riachuelo
oyendo la música
del silencio.
Siempre fluyendo
con diferentes
identidades.
En el estanque del templo
las ranas recitan
adorables Sutras.
En la fuente
donde beben los bodhisattvas
también sacian su sed
las avispas.
Escucho con atención
el sonido de la fuente,
o... ¿es el mokugyo del templo?.
Enso de impermanencia,
dibujado por una rana
que se esconde.
Junto al estanque
la naturaleza,
amanece suavemente.
Salta una trucha
cerca de las piedras,
chapoteo en mi alma.
esa escalera
que no sube al cielo?